El nuevo técnico txuri-urdin no parece contar con el apoyo de parte de la afición realista
pese a que no lleva ni dos días a los mandos del primer equipo. Su
falta de experiencia y una fotografía con la camiseta del Athletic han
sido dos de los aspectos más criticados.
No
voy a negar que me sorprendió el nombramiento de Jagoba Arrasate como
técnico de la Real Sociedad. Se trata de una temporada dura y complicada
en la que habrá que disputar tres competiciones, una de ellas europea, y
siempre pensé que el club apostaría por un entrenador más experto. No
conozco a este berriatuarra del que hablan maravillas de él. Se comenta
que gran parte del éxito de que el conjunto txuri-urdin haya acabado
cuarto es suyo, sobre todo gracias a los consejos ofrecidos al ex
entrenador realista Philippe Montanier. Tras el nombramiento de Jagoba
fueron muchos los que sacaron los cuchillos. Incluso días después volvió
a recibir críticas por la aparición de una foto suya con una camiseta
que llevaba el escudo del Athletic. La vida te enseña a que no hay que
juzgar sin conocer y yo al menos estoy dispuesto a darle una más que
merecida oportunidad tanto a él como a una directiva que desde que llegó
al poder ha acertado en la gran mayoría de sus decisiones.
Parece
que la ilusión de la "Txampions" se ha esfumado para algunos cuando
Aperribay pronunció las palabras "Jagoba Arrasate". No voy a reproducir
todas las barbaridades que pude leer principalmente en twitter porque
podría tirarme días recopilando todos los mensajes de aficionados que
parecen haber olvidado que Lasarte y el propio Montanier eran mucho más
desconocidos -al menos para nosotros- pero que al final lograron hacer
historia en un club que hace no más de un lustro vagaba por Segunda
División y con una Ley Concursal a sus espaldas.
Contra
todo pronóstico Lasarte, un técnico sin experiencia en Europa -salvo
los años que militó en el Deportivo como jugador- y que deambulaba de
equipo en equipo en Uruguay, aterrizó en Donostia para devolver al club
al lugar que nunca debió abandonar manteniéndolo al año siguiente en
Primera con una plantilla (o banquillo más bien) muy justa. Su
nombramiento generó muchas dudas, muchas críticas que poco a poco él
mismo fue convirtiendo en aplausos con el paso de las jornadas. A día de
hoy el 99% de la parroquia txuri-urdin lo ve como un héroe.
Algo
similar sucede con Monsieur Philippe Montanier, la segunda apuesta de
este consejo. Este entrenador, también desconocido para la mayoría, y
que llegaba de un equipo y Liga de nivel medio no comenzó con buen pie.
Las críticas han sido feroces y constantes hasta el día de su adiós,
aunque considero que la gran mayoría han sido justificadas. Pero como se
suele decir, "al César lo que es del César". Con un equipo de cantera e
inexperto ha clasificado a la Real entre los cuatro primeros haciendo,
además, el fútbol más vistoso de toda la Primera División. Mérito suyo
desde luego. Quizás hasta le echemos en falta en el futuro. Espero que
no.
Lasarte, Montanier y ahora Arrasate
El
tercer entrenador de la era Aperribay -sin contar a Juanma Lillo que
fue impuesto por Badiola- es Arrasate, al que curiosamente se le achaca
falta de experiencia en los Banquillos y en la Liga. No sé a ustedes,
pero si a mí me dieran a escoger entre estos tres nombres no tardaría
mucho en escoger la papeleta de Jagoba. Socio de la Real Sociedad desde
los 16 años, ex jugador y entrenador años después en las categorías
inferiores del club, un año trabajando día a día junto a Montanier y la
plantilla actual, con dominio del castellano y del euskera, etc.
Cualidades que por cierto no tenían ni Lasarte ni Montanier. ¿Quién
parte pues con ventaja? ¿El Tata Martino, Laurent Blanc?
Otros precedentes
No
siempre el técnico más experto es el más indicado. Y si no fíjense en
gente como Djukic, Luís García Valverde, Guardiola, Emery o al gran
Ormaetxea. Este último por cierto, además de ganar las dos únicas Ligas
que posee la entidad txuri-urdin, debutó como primer entrenador en este
mismo club habiendo sido antes el segundo de otros técnicos en la Real
Sociedad. ¿Y qué me dicen del añorado Emery? Nada más retirarse en
navidades de 2004 llevó a un club de mitad de tabla de 2ªB como el Lorca
a la División de Platas en solo seis meses. Al año siguiente, y con la
salvación como meta, estuvo a un paso de llevar a su club a Primera
División. No pudo ser, aunque su sueño de entrenar en Primera lo cumplió
en su primer año tras ascender al Almeria. Sobre Guardiola no diré
mucho porque todos lo tenemos muy presente. Un año como entrenador en
Tercera le bastó para ascender al filial y coger en el siguiente las
riendas del que ha sido calificado como el mejor equipo de todos los
tiempos. Y así podría seguir párrafo a párrafo.
Pocos
tuvieron dudas a la hora de dar una oportunidad a un juvenil como
Griezmann en el primer equipo hace unos años, o a Iñigo Martínez que
llevaba tiempo a la sombra de Gaztañaga. Se confió en ellos, la afición
les dio una oportunidad y ahí están los resultados. ¿Por qué no hacemos
lo mismo con Arrasate? ¿Por qué no le damos el beneficio de la duda? Si
el consejo, que lleva años acertando en este tipo de decisiones, ha
apostado por él por algo será. Lo único que saco claro de todo esto es
que estamos hablando de un hombre de la casa, de un hombre que ama a
este club y que hará todo lo posible por hacerlo lo mejor posible. Del
tema de la famosa camiseta no diré mucho. Ayer quedó claro que no lo
quedó más remedio que ponérsela durante un encuentro disputado en
Vizcaya entre entrenadores de la zona. Fin del asunto. Démosle una
oportunidad y ya habrá tiempo después para valorar su trayectoria con
los resultados en la mano. No prejuzguen si no quieren ser prejuzgados.
